Habitaciones
Una historia para cada huésped
En el Hotel Sant Pere del Bosc & SPA creemos que cada persona tiene una manera de viajar y busca unos determinados servicios a la hora de elegir su alojamiento. Por eso, no ofrecemos habitaciones iguales, sino que cada estancia está personalizada y cuenta con una historia que irás descubriendo a través de cada detalle.
Desde las gamas cromáticas hasta la tapicería junto con los materiales, cada elemento está seleccionado con mimo para dotar a cada habitación de una personalidad única y cohesionada, que conseguirá sumergirte en una experiencia singular.
También ponemos el máximo cuidado en nuestras amenities con la marca de cosmética natural ALQVMIA, que prioriza la sostenibilidad y el Km0 en la elaboración de productos de cuidado facial y corporal de gran calidad. Nuestros huéspedes tienen garantizada una estancia exclusiva, con todas las comodidades y el lujo propio de un hotel 5 estrellas.

Las habitaciones Supreme elevan la experiencia de confort con un diseño más amplio y luminoso. Ofrecen unas mejores vistas del bosque y jardín. Su equilibrio entre espacio, luz y tranquilidad las convierte en una opción ideal para quienes buscan un plus de comodidad en su estancia.
Se trata de habitaciones insonorizadas de 20 m², con zona de descanso y escritura, aire acondicionado, minibar, escritorio, completo baño de diseño con bañera o ducha y todos los artículos de aseo que necesitas.


Las habitaciones Deluxe, cada una con su propio carácter y encanto, están diseñadas para ofrecer el máximo confort y tranquilidad. Su principal atractivo son sus terrazas, perfectas para disfrutar del sol y la serenidad del bosque. Con acceso directo al jardín, estas estancias han sido concebidas para priorizar el descanso, brindando un refugio ideal en plena naturaleza.


Esta amplia suite es un refugio cálido y romántico, impregnado de historia y encanto. Distribuida en dos acogedores espacios, destaca por su techo abuhardillado con vigas de madera, que aportan un aire rústico y elegante.
Frente a la cama, una bañera isabelina invita al relax, complementada por una encantadora zona de estar. Sus vistas interiores garantizan un ambiente íntimo y apacible. La decoración combina mobiliario de finales del siglo XIX con un majestuoso cabecero antiguo, importado de un monasterio indio.
